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Había una vez una chica que se parecía a mí, tenia un nombre que se parecía al mio, su cabello era castaño y ondulado, así como el mio, sus ojos eran marrón como los de mi madre, de estatura media como mi padre; piel pálida como mi abuela ... sus labios rojos casi tanto como los míos y le gustaba ver caer las hojas de otoño así como yo ...

viernes, 18 de abril de 2014

Recordando La Historia De Dos Ciudades que un buen amigo me contó la tarde de un viernes lluvioso

Hoy simplemente pase a dejarles las primeras lineas de uno de los libros mas maravillosos que he tenido el placer de leer de uno de los mas grandes escritos que el mundo ha visto nacer. Historia de dos ciudades de Charles Dickens. Esta es una frase que así como describía el mundo en el siglo XVII describe a la perfección en este bizarro siglo XXI. 
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo{...}

          Podría escribir largo y tendido acerca de como siento esas palabras ta cercanas a mi pero se que ustedes lo pueden entender sin que diga más porque como yo lo ven a diario y si no pueden verlo no tiene caso que lo explique; solo puedo expresar que hoy llegue a la conclusión de que las grandes ideas son permanentes ante el tiempo y el olvido; y lo que bien se dice nunca se olvida.

Ilustración de Carson Ellis

 Buenas noches
Abrazos, Alex.


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